La Barca de Pedro… ¿estará perdiendo el rumbo?
Fray Rafael Hernando Diago Guarnizo, O.P.
frayrafaelhdiagogop@gmail.com
Los casos de
pederastia[1], cometidos por miembros del clero de la Iglesia
católica, una serie de abusos sexuales contra menores de edad, han sido documentados y denunciados por las víctimas
ante las autoridades civiles de varios
países.
A partir de la segunda mitad del siglo XX se ha
incrementado el número de denuncias por abuso sexual infantil en todas sus
variedades por parte de sacerdotes católicos. Con frecuencia se generaliza al hablar de ellos, como casos
que se dan solo en la Iglesia católica,
y como si fuera una conducta normal dentro de
ella.
Un
enfoque que casi nunca se ha dado es el referente a los verdaderos y principales protagonistas de tan lamentable condiciones:
las víctimas. No se quiere decir que
deban salir a la palestra a ventilar su drama, pues esto sólo agravaría su
situación ante la sociedad.
Situación
que han aprovechado los medios para abarrotar
a la opinión con el único fin de incrementar sus ventas a partir de la
coyuntura del momento dejando a
un lado los principios éticos.
Innumerables
casos se han conocido, documentados de
forma tan detallada por los medios de
comunicación, como los abusos sucedidos a menores en diferentes parroquias católicas
de Irlanda, Estados Unidos y Colombia
por citar un referente. [2]
¿Qué
han hecho la iglesia
y la sociedad por las victimas?
Se pensaría que la iglesia ha hecho caso omiso a dichas acusaciones, pero los
obispos han tomado medidas
sancionando a sacerdotes y retirando a seminaristas involucrados en casos de pederastia, tal
como lo afirmo el secretario de la
conferencia episcopal de Colombia [3]
Además es
injusto el trato que se le da a la iglesia, cuando sólo
el 0,2 por ciento de los casos de pederastia son cometidos por sus miembros, sin querer con esto justificar las actuaciones, el
restante que no son el primer plano de la prensa, cuyos autores
son los papás, tíos, hermanos mayores, novios de las hermanas,
algunos profesores y otras instituciones[4].
¿Los hemos escuchado para determinar la ayuda
más pertinente a su situación?, o será que el dinero es el único medio para resarcir
el daño ocasionado, estará cayendo la
jerarquía católica en el mismo juego del
capitalismo que busca aquilatar las situaciones por el valor monetario que se
pueda generar en ellas, y ve en el dinero una posibilidad para subsanar los
daños cometidos.
El ejemplo claro son las grandes cantidades
que se han tenido que cancelar por parte de las diócesis
estadunidenses , producto de las indemnización tasada por los tribunales norteamericanos en los diferentes casos en que fueron hallados culpables
sacerdotes por el delito de abuso de
menores.
Más aún, en vista de que el medio en que se
produjo la situación es una comunidad que se proclama como líder espiritual y ejemplo de sus fieles, la pregunta obligada
es: ¿Qué ha hecho la Madre Iglesia para restablecer la confianza espiritual de sus hijos heridos?
En el
transcurso de la homilía dada por
Benedicto XVI al cierre del año
sacerdotal 2010, prometió “hacer todo lo
posible para que estos hechos no vuelvan a suceder jamás”. Para lograrlo, la
Iglesia se volcará en examinar la autenticidad de la vocación a la hora de
admitir aspirantes al ministerio sacerdotal, así como en la formación que
reciben. “Queremos acompañar aún más a los sacerdotes en su camino, para que el Señor los proteja y los custodie en las
situaciones dolorosas y en los peligros de la vida”, afirmó el Papa.[5]
A través de un comunicado dirigido a los católicos de Irlanda, el Papa
Benedicto XVI máximo jerarca de
la iglesia católica romana, reconoció la actuación
"insuficiente" del Vaticano hacia los casos
de pederastia denunciados y reconoció
que se trató de actos criminales que perjudicaron a las víctimas y han dañado
la imagen de la Iglesia en el mundo; actos por los cuales los sacerdotes deberán
responder ante Dios y los tribunales
debidamente constituidos.
¿Qué grado de responsabilidad solidaria se tienen
con las victimas desde el compromiso
bautismal?
Como miembros
de un solo cuerpo y una sola iglesia, constructores del reino y
coherederos de la gracia, no
podemos compartir el silencio cómplice, que de una u otra forma adormece
haciéndose participe de los abusos sin ser parte corporal de los
mismos.
Queda el sin sabor de cuál será
el grado de responsabilidad
frente a los abusos de pederastia cometidos
por miembros de la iglesia
católica romana, la posición frente a estos, del ser cómplices , o denunciar la
inconformidad, buscando la solución en un futuro no muy lejano, para
no llegar hacer ser heredero sin
beneficio de inventario de un legado
sucesoral tan grande y de tan alta responsabilidad como es el anuncio de la
buena nueva, que fue capaz de trasformar a Pedro de un simple pescador a pescador de hombres.
Dada
la magnitud del problema, la Iglesia según lo dicho por el papa y otros jerarcas
tendrá un plan para responder a esta
situación, y sobre todo, prevenir que se vuelva a presentar en el futuro tan
vergonzosas realidades, que lo único que han traído es el desprestigio, la
incertidumbre y el desmoronamiento del
legado dado por Cristo a los apóstoles y de ellos al pequeño resto del pueblo peregrino por el mundo.
Posiblemente
muchos factores concurrieron para que en la Iglesia se generara o se
degenerara, en los acontecimientos por todos conocidos, Sin embargo, la causa de fondo obedece a una pérdida
de la identidad espiritual de la Iglesia consecuencia de un secularismo que la
afecta desde hace tiempo.
Son
muchos los interrogantes que hay por resolver, toda crisis encierra una
oportunidad para reformar las cosas. Si la comunidad eclesial asume esta
situación con sensatez y responsabilidad, ¿recuperará la barca de Pedro el
rumbo que el Señor le marcó?
[1] abuso sexual infantil o pederastia, []
toda conducta en la que un menor es utilizado
como objeto sexual por parte de otra persona con la que mantiene una relación
de desigualdad, ya sea en cuanto a la edad, la madurez o el poder.
Título XI Delitos Contra la Libertad y el Pudor
Sexuales Capítulo Primero De la Violación Capítulo Segundo. Del Estupro. Capítulo Tercero. De los Actos
Sexuales Abusivos.
Art. 305. Actos sexuales con menor de catorce años. Modificado. Ley 360 de 1997,
Art. 7. El que realizare actos sexuales diversos del acceso carnal con persona
menor de catorce años o en su presencia, o la induzca a práctica sexuales,
estará sujeto a la pena de dos (2) a cinco (5) años de prisión.
[2] El secretario
de la Conferencia Episcopal Colombiana, monseñor Juan Vicente Córdoba,
reconoció que en Colombia hay casos de pederastia, pero que son muy pocos
comparados con la gran cantidad de asuntos de esta clase que se dan en las
calles y en otros sectores de la sociedad
[3] El alto prelado afirmó que
se conocen muchos casos en que obispos proceden a no ordenar seminaristas, a no
recibirlos, a retirarlos del seminario o a suspender a los sacerdotes con sus
licencias ministeriales "para que no ejerzan más por estos problemas de
pederastia".
[4]
Monseñor
Córdoba agregó que "la Iglesia reconoce los errores, las fallas de algunos
de sus clérigos, pide perdón como lo hizo el Papa (Benedicto XVI) y exige que
pronto se aclaren las cosas, tanto en la ley interna como en la ley civil y penal". Entrevista dada a RCN radio del día 5 de octubre de 2010.
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